En esta ocasión les quiero compartir un cuento que escribí hace algún tiempo.
Yoromba era un joven príncipe de una tribu mandinga en el occidente del continente africano, un día, cuando estaba pronto a recibir su trono,
aparecieron unos tipos de pieles
rosadas, raras vestimentas y armas que escupían fuego. Estas personas que debían ser brujos,
llegaron y acabaron en poco tiempo con los guerreros más fuertes de la aldea,
capturando a los niños, los jóvenes y a las mujeres. Ante ese inmenso poder
Yoromba no pudo más que sucumbir ante él.
Al día siguiente Yoromba observaba mientras subía con
muchas personas a un animal gigante que flotaba en el mar, una vez dentro de
este encerrado y encadenado con cientos de negros que probablemente provenían
de otras tribus, ya que hablaban otras lenguas, partieron en un viaje que duró
meses, donde muchos de estos perecieron, pero Yoromba gracias a su fuerte contextura pudo sobrevivir.
En medio de ese viaje de incontables días y noches hubo
intentos fallidos de comunicarse con las otras personas esclavizadas, dado que
muchos de ellos eran enemigos en su antiguo hogar. Yoromba solo logro
comunicarse con un joven llamado Magumbo por medio de señas y sonidos y una que
otra palabra en común que poseían sus nativos idiomas, Pero después de tan
larga travesía, una vez atracaron en la costa de la ciudad de Cartagena, fueron
distribuidos a lugares diferentes.
En esta tierra fértil aunque extraña, fueron obligados
a trabajar los hombres en las minas y
las mujeres en las casas, Yoromba quien nunca había aceptado totalmente su
situación intentó formar un motín, pero con gente extraña y nuevamente con
diferentes idiomas le fue imposible el hecho de comunicarse con ellos. En esta
tierra había ya algunos negros que habían llegado tiempo atrás y tenían
nociones básicas del idioma, entre ellos se encontraba Yoró, un negro alto y no
musculoso pero inteligente quien aprendió a escondidas este lenguaje. Una vez
mientas trabajaban en la mina cambiaron a unos negros de lugar con otros, entre
los nuevos esclavos que habían llegado se encontraba Yoró, quien al encontrarse con Yoromba que
provenía de zonas cercanas a su aldea finalmente se pudo comunicar de manera
fluida.
Yoromba y Yoró lograron armar un plan de escape, pero para ello necesitarían mucha más ayuda, invitando a muchas otras personas gracias a las habilidades poliglotas de Yoró, además de la utilización del lenguaje de señas, logran definir unas normas para poder alcanzar su objetivo, dentro de esas normas la primera y quizá las más importante, fue que todos los negros que habitaban en el nuevo territorio serían considerados una nueva familia, ya que eran provenientes de la mismo continente, donde probablemente no regresarían.
Yoromba y Yoró lograron armar un plan de escape, pero para ello necesitarían mucha más ayuda, invitando a muchas otras personas gracias a las habilidades poliglotas de Yoró, además de la utilización del lenguaje de señas, logran definir unas normas para poder alcanzar su objetivo, dentro de esas normas la primera y quizá las más importante, fue que todos los negros que habitaban en el nuevo territorio serían considerados una nueva familia, ya que eran provenientes de la mismo continente, donde probablemente no regresarían.
Solo hasta el tercer intento por escapar, con la
desafortunada muerte de algunos de sus compañeros, Yoromba y Yoró consiguieron
éxito en su difícil empresa, alejándose a unos lugares donde les fue difícil el
acceso a los colonizadores, que mas adelante llamaron Palenques. Pero después
de mucho años todavía se conserva la ideología en las frases de los
afrocolombianos cuando se llaman entre sí “primo” o “tío” en la cotidianidad y
en los cuentos y fabulas del pacifico colombiano.
* D.R.A.